Siempre insistimos que pintar es mucho más que pintar. Es proteger, preparar, reparar, pintar y recoger y dependiendo de cada caso pueden ampliarse o reducirse estos trabajos. Así que por muchas ganas que tengamos de coger la brocha es necesario preparar, tapar y proteger la estancia antes de empezar para evitar sorpresas desagradables; para que «pintemos sólo lo que queremos pintar».
Aunque no lo parezca, pintar no es nada complicado y existen otros procesos mucho más laboriosos y pesados pero imprescindibles para reducir el tiempo de trabajo mejorando el resultado. Es decir vamos a emplear ahora un buen rato en hacer las cosas bien para que después todo salga como deseamos y sea muy fácil recoger.
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